Los pollos nos llegan cuando tienen tan solo 1 día de vida, suministrados a través del IRTA, entidad dependiente del Departamento de Agricultura de la Generalidad de Cataluña, entidad que se ha dedicado a preservar las razas autóctonas de pollos catalanes, com es la raza Empordanesa, y actualmente somos los únicos productores que tienen como clientes y que los utilizamos para su cría. 

Con el consumo de nuestros pollos, además de comer un producto de máxima calidad, ayudamos a la preservación de esta raza autóctona, tan importante por su valor genético a preservar como lo pueden ser las razas salvajes. 

Están plenamente adaptados a los rigores del invierno y viven de forma permanente al aire libre, circunstancia que les da la calidad característica de una raza de crecimiento lento.

Actualmente no queda ninguna raza de cerdo autóctona en Cataluña, a pesar que en la Plana de Vic existía la afamada raza de cerda vigatana, que a mediados del pasado siglo XX se extinguió del todo. 

Desde hace años que venimos buscando que raza autóctona se adapta mejor a nuestras condiciones ambientales de clima y de sistema de trabajo y producción. 

Hemos probado animales de diversas razas y la que mejor se adapta es la del Chato Murciano que, con la ayuda del Gobierno de la Región de Murcia que los ha preservado de la extinción, podemos obtener ejemplares reproductores que son los que hacemos criar, siendo su descendencia la que se destina al consumo. 

Es una raza autoctona plenamente implementada y bien adaptada a muchas condiciones climáticas del país. 

Los terneros se crían alimentándose de forrajes y de la leche materna durante un mínimo de 6 mesos, y después únicamente se alimentan de forrajes. 

Pastan libremente por la finca aprovechando el alimento que hay en cada zona y en cada momento.